Riesgos médicos de los Tatuajes y Piercings

Los vistosos tatuajes y piercing son cada vez más buscados por jóvenes y adultos. Sin conocer los riesgos, se someten a procedimientos que podrían dañar a la salud.

Las infecciones a las que se expone toda persona que decide realizar alguna de estas prácticas pueden tener dos orígenes.

«Por gérmenes propios de la piel, que encuentran mediante la laceración o perforación una puerta de entrada al organismo, o bien por virus, bacterias y hongos presentes en el instrumental mal desinfectado o que no es descartable», distinguió Eduardo López, a cargo del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y profesor de Infectología Pediátrica en la Universidad del Salvador, al diario La Nación.

«La piel intacta es la mejor protección con la que cuenta nuestro cuerpo», sostiene el especialista.

El piercing resulta menos problemático que los tatuajes porque la posibilidad de contagio de enfermedades infecciosas, como el HIV/SIDA, o las complicaciones son menores ya que involucra una menor superficie de piel. Sin embargo, el riesgo también existe.

Quien decide realizarse un tatuaje o colocarse un piercing debería asegurarse de que los elementos empleados sean descartables, o bien que el local o la persona que ha de realizarlos cuente con buenos equipos de esterilización y sea alguien realmente idóneo.

El doctor López advirtió que «la zona del cuerpo donde se efectuará el tatuaje o el piercing debe ser perfectamente desinfectada, y ante la aparición de dolor o inflamación hay que recurrir inmediatamente al médico”.

Esta moda, sobre todo popular en chicos de entre 14 y 18 años tiene preocupados a los padres por no haber una ley que regule la actividad.

Los locales sólo requieren una habilitación comercial para operar, pese a que utilizan agujas y equipos de perforación. Tanto el Ministerio de Salud de la Nación y a las secretarías de Salud y de Control Comunal porteñas explicaron que, para abrir uno de estos locales, basta con tramitar una habilitación comercial bajo el rubro «servicios personales directos en general», rótulo que engloba oficios como manicuría, pedicuría o cosmetología.

Como único requisito extra, los locales deben estar inscriptos en el registro de residuos patogénicos de la Dirección General de Control de la Calidad Ambiental. Aunque nadie controla las condiciones de asepsia con las que se opera. Tampoco hay una norma que autorice ni que prohíba a un tatuador o piercer realizar una intervención en menores de edad sin el consentimiento de los padres.

Un adorno difícil de sacar

Borrar un tatuaje no es una práctica simple.»Para lograr un resultado efectivo hay que realizar una intervención similar a la de una cirugía plástica reconstitutiva», explicó el especialista.

El láser es una de las opciones para borrar los dibujos en la piel. Sin embargo, es un procedimiento costoso y que lleva su tiempo. Además, pueden ocurrir efectos no deseados: la posibilidad de que el láser deje alguna marca menor, como la alteración de coloración de la piel en la zona tratada.

“Es importante remarcar que, con esta técnica, lo que se tatúa en una hora, se borra en un año», advirtió el doctor López.

En cuanto al piercing, deshacerse de él es mucho más sencillo: basta con retirarlo y el tejido volverá a cerrar. La perforación implica una herida punzante que abarca un área de piel mucho más pequeña que la del tatuaje. Pero es importante desinfectar la zona por lo menos durante tres días después de eliminado, para evitar posibles infecciones.